Día Mundial de la Salud: ¿Y la nuestra?
🌍 Hoy, 7 de abril, se celebra el Día Mundial de la Salud. Un día que debería servir para reflexionar sobre cómo estamos cuidando nuestro bien más preciado: la vida, el cuerpo, la mente, la dignidad. Un día para recordar que sin salud no hay sueños, ni trabajo, ni proyectos, ni futuro.
Y sin embargo, hay millones de personas en todo el mundo —y más de dos millones solo en España— que hoy no tienen nada que celebrar. Personas que siguen enfermas tras haber pasado el COVID-19, muchas desde hace años. Personas que viven cada día con el cuerpo roto, la mente nublada y el alma en lucha. Personas con lo que llamamos COVID Persistente.
Nos dicen que el COVID ya pasó. Que todo ha vuelto a la normalidad. Pero ¿qué ocurre con quienes no pudieron volver?
Quienes vivimos con COVID Persistente sabemos que la salud no solo es no tener fiebre o respirar bien. La salud es poder pensar con claridad, caminar sin dolor, dormir sin angustia. La salud es poder trabajar, cuidar, vivir... y eso nos ha sido arrebatado.
La ciencia avanza, sí, y agradecemos cada estudio, cada profesional que nos toma en serio, cada neurólogo, cada médica que escucha de verdad. Pero también sufrimos la indiferencia, la falta de diagnóstico claro, la negación, el abandono de las instituciones que no quieren mirar de frente esta realidad.
Hoy es Día de la Salud, pero también debería ser el Día de la Justicia Sanitaria. Porque tener salud no debería ser un privilegio. Porque merecemos reconocimiento, investigación, tratamiento, protección laboral. Porque merecemos vivir con dignidad.
En este día, alzamos la voz por todas las personas con COVID Persistente que han sido ignoradas, desatendidas, maltratadas incluso. Por las que no pueden levantarse de la cama, por las que se sienten solas, por las que han perdido su trabajo, su familia, su vida anterior... y aún así siguen luchando.
La salud es un derecho. Y mientras no se garantice para todas, este día no puede ser solo una celebración. Es, sobre todo, una llamada urgente a la conciencia.
Con amor, con fuerza y con esperanza.
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