¿Qué es el COVID Persistente?

 



El COVID Persistente, también conocido como Long COVID o condición post-COVID-19, es un conjunto de síntomas que persisten o aparecen después de superar la fase aguda de la infección por el virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19. Estos síntomas pueden durar semanas, meses o incluso años, afectando significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen.

Principales características del COVID persistente:

  1. Duración prolongada:

    • Los síntomas persisten al menos 12 semanas después de la infección inicial y no pueden explicarse por otra causa médica.
  2. Síntomas variados:

    • Los afectados pueden experimentar una amplia gama de síntomas, que varían en intensidad y combinación. Entre los más comunes se incluyen:
      • Fatiga extrema (no aliviada con el descanso).
      • Dificultad para respirar (disnea).
      • Niebla mental o problemas de concentración y memoria.
      • Dolores musculares y articulares.
      • Dolores de cabeza persistentes.
      • Palpitaciones o alteraciones del ritmo cardíaco.
      • Problemas digestivos.
      • Insomnio o alteraciones del sueño.
      • Ansiedad y depresión.
  3. Impacto multisistémico:

    • Puede afectar múltiples órganos, como el corazón, los pulmones, el cerebro y el sistema inmunológico, lo que complica el diagnóstico y el tratamiento.
  4. Factores de riesgo:

    • Aunque cualquier persona que haya tenido COVID-19 puede desarrollar COVID persistente, parece ser más común en:
      • Mujeres.
      • Personas que tuvieron síntomas graves durante la fase aguda.
      • Pacientes con condiciones preexistentes como obesidad, diabetes o hipertensión.
  5. Impacto en la vida diaria:

    • Muchas personas con COVID persistente enfrentan dificultades para trabajar, realizar actividades cotidianas o mantener su bienestar emocional debido a la carga física y psicológica de la condición.

¿Por qué ocurre?

La causa exacta del COVID persistente aún no se comprende completamente. Sin embargo, se barajan varias hipótesis, entre ellas:

  • Una respuesta inmunológica desregulada que sigue activa tras la infección.
  • Daño en órganos provocado por el virus.
  • Persistencia de fragmentos virales en el cuerpo.
  • Alteraciones en la microbiota intestinal o en el sistema nervioso autónomo.

Diagnóstico y tratamiento

Actualmente, el diagnóstico es clínico, basado en la historia médica del paciente y la exclusión de otras enfermedades. No existe un tratamiento específico para el COVID persistente; en su lugar, se abordan los síntomas de forma individual con un enfoque multidisciplinario que puede incluir médicos, terapeutas físicos y especialistas en salud mental.

Importancia de la visibilización

El COVID persistente es una condición emergente que requiere más investigación, apoyo social y reconocimiento por parte del sistema de salud para mejorar la calidad de vida de los afectados.

Rosa Marco  💜




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